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jueves, 19 de noviembre de 2015
martes, 19 de mayo de 2015
Convivencia gato perro
¿Podemos juntar al gato y al perro?
Sí, claro que sí, pueden llegar a ser grandes amigos y tu como dueño vas a tener gran parte de responsabilidad en que eso suceda. ¿Qué debes hacer para que un gato y un perro se lleven bien? Hay que tener en cuenta varios factores, principalmente la edad de cada uno de ellos.
Un perro adulto, de varios años y que vive en casa, o en el jardín, puede sufrir celos cuando el gatito llegue. La mejor manera de presentarlos es amarrando al perro con un collar para que con su patita, por ejemplo, no le de al gato y le provoque una herida grave, porque la fuerza de los perros adultos sobre un gatito es muy desproporcionada. Es normal que el perro tenga curiosidad por ver quién es el nuevo habitante de la casa, y es normal que el gato bufe y se estire para multiplicar su tamaño de cara al perro y hacerle creer que también es poderoso. En principio, teniéndolos en una habitación y tomando el contacto poco a poco, con palabras cariñosas para ambos, con paciencia, acariciando a los dos para que ninguno tenga celos… y sobre todo, dejando que ellos mismos se entiendan… no debería haber demasiados problemas, eso sí, cuanto más jóvenes sean tanto el perro como el gato, mejor para que se entiendan con mayor celeridad.
Sí, claro que sí, pueden llegar a ser grandes amigos y tu como dueño vas a tener gran parte de responsabilidad en que eso suceda. ¿Qué debes hacer para que un gato y un perro se lleven bien? Hay que tener en cuenta varios factores, principalmente la edad de cada uno de ellos.
Un perro adulto, de varios años y que vive en casa, o en el jardín, puede sufrir celos cuando el gatito llegue. La mejor manera de presentarlos es amarrando al perro con un collar para que con su patita, por ejemplo, no le de al gato y le provoque una herida grave, porque la fuerza de los perros adultos sobre un gatito es muy desproporcionada. Es normal que el perro tenga curiosidad por ver quién es el nuevo habitante de la casa, y es normal que el gato bufe y se estire para multiplicar su tamaño de cara al perro y hacerle creer que también es poderoso. En principio, teniéndolos en una habitación y tomando el contacto poco a poco, con palabras cariñosas para ambos, con paciencia, acariciando a los dos para que ninguno tenga celos… y sobre todo, dejando que ellos mismos se entiendan… no debería haber demasiados problemas, eso sí, cuanto más jóvenes sean tanto el perro como el gato, mejor para que se entiendan con mayor celeridad.
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